Achada do Gamo constituyó, desde el comienzo de las actividades modernas de explotación minera en la Mina de São Domingos, el centro de las actividades metalúrgicas sobre los minerales extraídos En la fase inicial de las operaciones y de acuerdo con el paradigma técnico de la temporada (tercer cuarto del siglo XIX), el procedimiento de tratamiento metalúrgico de las piritas cupríferas preferentemente utilizado fue el tostado o la quema en los hornos o carboneras. Para llevar a cabo este proceso, el azufre contenido en la pirita, que tiene casi la mitad del volumen de material, se volatiliza a la atmósfera en la forma oxidada. Esto tiene tres consecuencias importantes: el volumen y la masa del mineral se reducen a cerca de la mitad, dando lugar a una mejora de la operatividad y un incremento de valor inherentes; el azufre de la pirita se pierde, con la consiguiente disipación del valor que podría tener en la producción de materiales tales como el ácido sulfúrico; el azufre liberado a la atmósfera destruye casi toda la vida biológica presente en los ecosistemas afectados por los gases resultantes de la tostación. Este fue el caso de los gases liberados por los hornos y carboneras instalados en el siglo XIX en Achada do Gamo, dando lugar a procesos de indemnización a los agricultores afectados. Con la reconversión a la metalurgia por vía húmeda, Achada do Gamo continuó siendo el núcleo fundamental de las actividades de transformación de los minerales extraídos en São Domingos, y se instaló el sistema de canales y tanques de cementación que permitió la producción de concentrados de cobre por precipitación, a partir de 1877. Entre las décadas 30 y 40 del siglo XX toma el relevo una nueva dirección en la explotación industrial: el azufre, en aquel momento muy valorado, pasó a extraerse de las piritas cupríferas a través de hornos (procedimiento Orkla) en dos unidades industriales instaladas en Achada do Gamo entre 1934 y 1943. El impacto de estas actividades sobre el medio ambiente es la observación más clara y evidente para los que cruzan este territorio, y también hace que este paisaje sea tan extraordinariamente estéril y atractivo.