La corta de la Mina de São Domingos es resultado de la explotación minera a cielo abierto iniciada en 1867. Tiene una profundidad de 120 m y un perímetro de unos 2 km. Los materiales que se retiraron de ella, en gran parte compuestos por la oxidación y la lixiviación de pirita («gossan», del inglés «gold sand»), se organizaron poco a poco en escombreras alrededor de la zona de la corta y la población minera, alterando decididamente la topografía y la tierra circundante. En 1890 el proceso de excavación de la corta había finalizado y todos los materiales estériles o sin utilidad inmediata (el «gossan» no tenía en ese momento posibilidades de uso industrial rentable, a pesar de que contiene oro y plata en una proporción no despreciable) eran distribuidos por los diferentes «tipes» (del término inglés para escombrera «tip», adoptado por la población minera y que todavía se mantiene hoy día): durante el siglo XIX eran reconocidos el tip de Vinha, el tip de Hospital, el tip de Bexigas, el tip de Igreja, el tip el Teatro y el tip de 12 Metros. La abertura de la corta, además de obligar a eliminar la mayor parte de los edificios construidos en aquel momento sobre el sombrero de hierro de la Sierra de São Domingos, seccionó algunas de las galerías romanas, lo que permite a los visitantes de hoy día percibir la profundidad que alcanzaban los antiguos trabajos y las dimensiones de las galerías en que trabajaban los mineros romanos. Asimismo, también permite la evaluación de la extraordinaria variedad lítica existente. Una vez finalizada la actividad en 1966, el abandono de la extracción de agua desde el fondo de la mina permitió el ascenso del nivel freático en la corta hasta alcanzar el nivel actual, aparentemente estacionario. El agua contenida en la corta a día de hoy es extremadamente ácida (pH=2) y contiene, en solución, una gran cantidad de sulfatos, especialmente sulfatos de hierro y arsénico, pero también de cobre y zinc.