El paisaje granítico de esta zona se caracteriza por el modelo de alteración granítica donde es posible identificar varias formas como tors, nubbins (domos rocosos), caos de bloques y bloques con formas peculiares. Este modelado tiene su origen en la profunda descomposición química (alteración) del granito, en un período en el que el clima era más cálido y húmedo que el actual, antes del levantamiento principal de la cordillera. Con el aumento de la pendiente y la degradación de la cobertura vegetal, el manto de alteración granítica se fue erosionando lentamente, exponiendo los núcleos residuales de roca sana y más resistente, que hoy se observan en la superficie. Las fracturas fueron las principales zonas de infiltración en la roca granítica, dominando la alteración profunda y las formas de relieve actuales.