El puerto fluvial de Pomarão, inaugurado en 1859, se construyó un poco después de que la mina fuese redescubierta en 1854, al igual que la aldea portuaria y la vía férrea. Durante el período de actividad, el puerto, situado a 40 km aguas arriba de la desembocadura del Guadiana en su confluencia con el río Chança, permitió el amarre anual de cientos de navíos que traían materiales y equipos a la mina y llevaban de regreso cargas de mineral. El ferrocarril, con unos 17 km de longitud, llegaba a Pomarão y unía el puerto con la zona de extracción minera en la Mina de S. Domingos y con el resto de lugares del complejo industrial: Achada do Gamo, Moitinha y Talleres ferroviarios. La primera versión del ferrocarril era movida por animales (mulas) y se inauguró en 1862. La versión final, con un ancho de vía mayor (3' 6'' ó 1065 mm) y tracción mediante locomotoras de vapor, se inauguró cinco años después, en 1867. Durante el tiempo en que se mantuvieron activos la mina y el puerto, la empresa Mason & Barry se encargó siempre del dragado del lecho del río Guadiana. La circulación de los navíos para el largo y sinuoso cauce del río se llevaba a cabo utilizando pilotos especializados en esta función.